Nuestras abuelas se aliaron para que nos encontráramos.
Internet lo hizo posible.
Las coincidencias hicieron que nos conociéramos.
Las risas, que volvieramos a vernos.
Las miradas, cómplices.
El arreglar el mundo nos dio nuestra frase.
La sidra nos convirtió hermanos.
Tu paciencia te hizo mi confidente.
Tu simpatía consigue que los miles de km que nos separan parezcan nada.
Las casualidades no existen, todo ocurre por algo, y los ángeles están entre nosotros.
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